martes, 19 de julio de 2011

-Mi corazón anda desnudo.



Un día, una noche, una mañana, un segundo. Todo cambia, todo. Tu vida pasa entre tus manos y no puedes hacer nada. Las cosas se tuercen, te hacen daño y te vuelves débil. Todo se vuelve ilógico. Tu misma pierdes la razón. Lloras, prometes, juras... y para que? para que si acabaras en el mismo sitio de siempre, reprochandote todo lo que callaste, lo que no dijiste. No quieres saber nada de nadie. No quieres que tus propios pensamientos te sigan atormentando. Y te encierras. Te encierras bajo ese caparazón de frías sonrisas y falsos sentimientos. Te encierras entre dolor, rabia y sufrimiento. Te encierras en ti misma. Y llega un momento que ya no puedes salir. Que ya no quieres salir de ahí. Porque ahí nadie puede hacerte daño. Ahí no existen tíos que se creen con derecho a lastimarte cuando quieren. Ahí estas tu. Tú y tus verdaderas razones de ser. Cierras los ojos, sumerges la cabeza bajo la almohada y deseas no haber vivido nunca ese momento.... repitiéndote una y otra vez que quizá si hubieras actuado de otra forma todo sería diferente. Echarse la culpa no es siempre la solución, pero sigue siendo lo más fácil.. Me quedo sin voz y me voy apagando poco a poco... la magia se desvanece y solo estoy yo. Sin polvos mágicos y sin hadas o suerte...

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